El médico alergólogo es un especialista en el diagnóstico y tratamiento de las alergias. Las alergias son respuestas exageradas del sistema inmunológico a sustancias que normalmente no son dañinas para la mayoría de las personas, como el polen, los ácaros del polvo, los alimentos o los medicamentos.
Puede realizar pruebas para determinar qué sustancias están causando la alergia y luego desarrollar un plan de tratamiento personalizado para el paciente. Esto puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida o terapia de inmunoterapia, que implica la exposición gradual a la sustancia alergénica para desensibilizar al paciente.
También pueden tratar afecciones relacionadas con las alergias, como el asma, la rinitis alérgica y la dermatitis atópica. Además, pueden ayudar a los pacientes a identificar y evitar los desencadenantes de la alergia en su entorno, lo que puede reducir la frecuencia y la gravedad de los síntomas.
Alergólogos e inmunólogos pueden estar estrechamente relacionados en muchas áreas y en ocasiones es una especialidad conjunta. Los médicos alergólogos con frecuencia actúan en conjunto con neumólogos, otorrinolaringólogos y dermatólogos.
Procedimientos
Para establecer un diagnóstico, el médico alergólogo se vale de varios procedimientos.
Evaluaciones clínicas exhaustivas: Esto implica revisar el historial médico del paciente, realizar un examen físico detallado y hacer preguntas específicas sobre los síntomas y las posibles exposiciones a alérgenos.
Exámenes de sangre: Las pruebas de sangre, como la prueba de IgE específica, miden los niveles de anticuerpos IgE en la sangre para determinar la presencia de alergias.
Pruebas de alergenos cutáneos: Esta prueba consiste en la aplicación de pequeñas cantidades de alérgenos en la piel del paciente, generalmente en el antebrazo o la espalda. Luego, se observa la reacción de la piel para determinar si el paciente es alérgico a esos alérgenos específicos. Esta prueba es rápida y generalmente indolora, y puede ayudar al médico a identificar las alergias más comunes, como las alergias alimentarias o al polen.
Prueba de provocación: Esta prueba se realiza en un entorno controlado, como un consultorio médico o un hospital, y consiste en exponer al paciente a un alérgeno específico para observar su reacción. Esta prueba se utiliza cuando los resultados de las pruebas cutáneas o de sangre no son concluyentes o cuando se sospecha de una alergia grave. La prueba de provocación se realiza bajo la supervisión de un médico especializado y puede ser útil para confirmar o descartar una alergia.
Pruebas de función pulmonar y radiografías de tórax: Estas pruebas miden la capacidad pulmonar y la función de los pulmones. Pueden ser útiles para diagnosticar asma o alergias respiratorias.
Sociedad Venezolana de Alergia, Asma e Inmunología
